sábado, 8 de marzo de 2008

UN NUEVO AÑO, UNA NUEVA FACULTAD

El 2008 será un año más para muchos compañeros, pero representará un nuevo ciclo en la vida de los mechones que ingresan a nuestra facultad. Para los que ya llevamos algunos años, este 2008 podría ser más de lo mismo, una facultad que quiere mucho, pero que tiene poco y no sabe donde va, una facultad que depende más de los intereses personales de unos pocos que de una decisión colectiva.

Muchos se jactan de que tenemos muy buenos puntajes o de que se echó a andar algún proyecto o programa, otros nos inundarán con cifras, pero el cambio real no se ve. No sólo bastan cambios de gestión, nuevas formas de administración o una “nueva cultura organizacional”. Si bien la forma aporta mucho a los avances, el contenido, lo realmente importante, no es visible. Las Ciencias Sociales como lugar reflexivo, de creación teorica y de praxis liberadora, como alternativa de cambio, como aporte al país, han sido desalojadas de la escena. Hoy las Ciencias Sociales se reducen a una cuestión de moda, lo que pega, lo más vistoso, al final... una cuestión que venda, pero que mantenga un rol sumiso, meramente adaptativo e inofensivo. La ideología del “pluralismo” oculta las falencias materiales y espirituales de nuestra facultad, la semántica del aporte al país es sólo discurso y palabrería. Nuestra facultad no tiene opinión real sobre los cambios que esta viviendo Chile, la reflexión enfocada hacia las mayorías parece sólo una cuestión marginal, un rollo político que no tiene sustento en la realidad. Pero afuera pasa mucho, nuestra sociedad comienza a mostrar rupturas, fracasos de los gobiernos concertacionistas, cambios políticos, resurgimientos sociales. Nuestro país se dinamiza y nuestras carreras se estancan.

Este año los estudiantes debemos poner las cartas sobre la mesa, la educación que se nos da es insufiente, los problemas nacionales de la calidad, un sistema excluyente, elitista y mercantil hace que nuestras disciplinas queden estancadas. Nuestra tarea es tomar un sentido protagónico en los cambios, cambiar las líneas estratégicas e intervenir activamente en los PDI (proyectos de desarrollo institucional) de los departamentos para intentar aportar con nuestras posturas. El MECESUP debemos aprovecharlo, luchando por la autonomía de la facultad y logrando que las decisiones en las nuevas mallas y las nueva líneas de investigación nazcan de la reflexión entre todos y no de los que mueven los hilos en el ministerio o también en otros lados. Por otra parte, los aranceles ya son de 2 millones, las matrículas de 84 mil pesos y nosotros no vemos cambios que nos beneficien. Los profes apernados con negocios en las carreras siguen ahí y las camarillas siguen teniendo poder.

Nuestra respuesta debe ser la organización estudiantil, las ganas de pelear por lo que encontramos justo. Si algo hemos aprendido es que movilizándonos, discutiendo, logrando ver las causas de todo esto, desentrañando los verdaderos objetivos de los que hoy sustenta la educación, avanzamos. Es tarea de todos, el paso por la U no es sólo estudio, nuestras disciplinas tienen una clara función transformadora. No sólo interpretamos la realidad, sino también podemos cambiarla. Es por esto mismo que el pesimismo no nos hace avanzar, el individualismo nos estanca. Sólo la organización masiva, la participación entre todos permite que podamos cambiar nuestra facultad y comenzar también a delinear desde lo que aprendemos en la sala de clases y en la pelea, un nuevo país.


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